El final de la serie de Girls saltó rápidamente del embarazo de Hannah a su lucha por adaptarse a la maternidad después de dar la bienvenida a su hijo Grover. Marnie se había mudado con Hannah para ayudarla con el bebé, pero el ambiente estaba lejos de ser ideal. La tensión era palpable cuando Marnie trató de microgestión de todo y Hannah la golpeó sobre cada pequeña cosa. Gran parte de esa tensión se manifestó en que Hannah tenía problemas para engancharse, lo que era un problema relacionado para una nueva madre.
Aunque Hannah había amamantado con éxito a su hijo durante un mes, desde entonces había tenido problemas para que lo prendiera. Todos sus intentos solo parecían estresarla a ella y al bebé, lo que no ayudó mucho en absoluto. Eso trajo mucho debate normal y esperado entre ella y Marnie sobre si era mejor amamantar o alimentar con fórmula (o si había alguna diferencia), pero terminó siendo más una metáfora de los problemas de Hannah para adaptarse a maternidad en general. Fue un problema persistente que sacó a relucir cualquier otro problema e hizo que Hannah se diera cuenta del peso real de su decisión de tener un bebé.
El final, apropiadamente llamado "Latching", no se trataba solo de que Hannah hiciera que su bebé amamantara con éxito. Se trataba de su vínculo con él y de aceptar la nueva vida en la que se había embarcado.
GiphyCualquier cambio importante en la vida requiere algunos ajustes, y la transición de Hannah a la maternidad fue particularmente difícil. No solo estaba dando la bienvenida a su nuevo bebé, sino que también estaba desarraigando toda su vida para tomar un nuevo trabajo en una universidad al norte del estado. Luego tuvo que lidiar con la constante intromisión de Marnie (y su canto junto a "Fast Car", incluso cuando se le dijo que no lo hiciera), así como con sus propias ansiedades cuando una nueva madre lo descubrió todo. Su incapacidad para hacer que Grover se enganchara representaba la miríada de otros problemas que estaba enfrentando.
Hannah no pudo lograr que Grover se enganchara hasta que hizo las paces no solo con su nueva vida, sino con su decisión de ser madre en primer lugar. La realidad fue mucho más difícil de lo que había esperado y era comprensiblemente difícil para ella aceptar todos los cambios que su vida había sufrido en tan poco tiempo, que es algo que muchas madres nuevas han tenido que enfrentar.. Y para lidiar con eso, Hannah tuvo que aprender a dejar ir un poco y no ser tan dura consigo misma. Una vez que pudo relajarse, las cosas se pusieron un poco más fáciles. No sería fácil navegar para siempre, pero hacer que Grover se enganche fue una victoria que hizo que las luchas futuras parecieran algo que Hannah podría manejar.