Abigail Breslin: estrella infantil bellamente florecida, experta en redes sociales, estrella de rock general y defensora de las víctimas de agresión sexual en todas partes. La actriz de 21 años ha hablado abiertamente sobre los derechos de las mujeres y ha sido muy mala en términos de usar su plataforma para siempre por un tiempo. Y recientemente, la estrella del próximo remake de Dirty Dancing ha vuelto a hablar, esta vez recordando su propia agresión sexual y lo que realmente significa el consentimiento. En su publicación más reciente de Instagram, Abigail Breslin insistió en que no denunciar una violación no significa que no haya sucedido, y sus comentarios deben ser escuchados por todos.
El sábado, Breslin subió dos fotos en Instagram, lo que abrió la conversación sobre el consentimiento, la agresión sexual y las políticas establecidas que hacen que denunciar las agresiones sea tan difícil. Su primera foto, una captura de pantalla de una infografía de RAINN (Rape, Abuse, e Incest National Network), muestra las estadísticas detrás de un tamaño de muestra de 1, 000 violaciones, es decir, 994 de ellas saldrán libres. Después de esa publicación, Breslin también publicó una captura de pantalla de una nota de su teléfono, respondiendo a un comentario que alguien había publicado en su foto original, diciendo que "las violaciones denunciadas son las únicas violaciones que cuentan". Y honestamente, las palabras de Breslin no solo son increíblemente conmovedoras, sino que también son importantes para el diálogo en general.
No solo es importante la publicación original de Breslin, sino que su propio recuento de su violación es muy crítico para que todos lo lean. Breslin explica por qué no denunció su propia violación, declarando tres razones muy reales.
Primero, Breslin explica que reconocer que fue violada tomó mucho tiempo y fuerza emocional; Entonces Breslin declaró que conocía a su agresor y que, de hecho, estaba en una relación con él. Temía por su seguridad si lo denunciaba y no salía nada de eso. Finalmente, Breslin declara una razón por la que muchas personas nunca pensarán: las repercusiones que su informe tendría en su familia y amigos.
Los comentarios y publicaciones de Breslin no solo hicieron un punto crucial sobre cómo se manejan los casos de agresión sexual en los Estados Unidos, sino que también explicó por qué tantas víctimas dudan tanto en presentarse. Y con hombres como Brock Turner y tantos otros aún capaces de alejarse relativamente ilesos (con solo una palmada en la muñeca) luego de acusaciones de agresión sexual y casos judiciales, la publicación de Breslin se siente dolorosamente oportuna.
La agresión sexual es un delito y, ya sea que se informe o no, tiene un tremendo impacto en la vida de la víctima. Pero, como señala Breslin, el sistema está roto y algo debe cambiar. Hasta entonces, afirmar que las "únicas violaciones que cuentan" son las que se informan, debería ser evidente, es un punto totalmente discutible.