Si ser padre te hizo sentir como una persona diferente, no estás solo. Los científicos han pasado años tratando de descubrir cómo convertirse en padres cambia nuestros cerebros y cómo esos cambios pueden tener un mayor impacto en la humanidad con el tiempo. Ahora, los científicos están explorando cómo la crianza de los hijos cambia el cerebro, observando los insectos, según The Atlantic.
El fenómeno del "cerebro de la madre" se ha estudiado durante años, y una investigación reciente ha demostrado que la paternidad también reconecta el cerebro de un hombre, según la revista Science. Si bien eso es bastante interesante por sí solo, los científicos definitivamente han sentido curiosidad sobre lo que estos cambios han significado para la humanidad con el tiempo. Han estado interesados en estudiar cómo los cambios cerebrales que sufren los padres a lo largo de las generaciones han influido en la evolución humana y la genética.
Los investigadores de la Universidad de Georgia utilizaron un modelo de insecto para tratar de responder algunas de estas preguntas sobre qué cambios exactamente en el cerebro cuando un organismo pasa de un estado de "no crianza" a "crianza", según Science Daily. Los investigadores usaron un tipo particular de escarabajo que a menudo se usa para ayudar a los científicos a estudiar el comportamiento social. Nicrophorus vespilloides, o el escarabajo enterrador, en realidad es un padre bastante involucrado en lo que respecta a los sujetos no humanos: a diferencia de algunos miembros del reino animal, el escarabajo enterrador pasa tiempo con sus crías, lo que incluye regurgitar alimentos para ellos antes de que ellos '' son lo suficientemente maduros para alimentarse.
Como no todos los organismos demuestran este tipo de comportamientos parentales, los científicos buscaron diferencias a nivel genético que pudieran explicar de dónde provienen esos comportamientos, no solo en los escarabajos, sino también en las personas.
Estudiaron específicamente pequeñas proteínas en el cerebro llamadas neuropéptidos, que ayudan a las neuronas del cerebro a enviarse mensajes entre sí, según un comunicado de prensa de la Universidad de Georgia para el estudio. Los neuropéptidos a menudo tienen mucha influencia en los patrones de comportamiento, como dormir, comer, aparearse, la agresión y los comportamientos sociales.
Cuando los científicos observaron los neuropéptidos en escarabajos antes de la paternidad versus después de convertirse en padres, notaron un cambio importante, según Nature. Los neuropéptidos definitivamente evolucionaron cuando el escarabajo comenzó a involucrarse en comportamientos parentales. Esta información podría ayudar a los científicos a comprender mejor cómo, en muchos organismos, no solo los escarabajos y los humanos, no solo nuestro comportamiento puede influir en nuestro cerebro, sino que en realidad podría modificar nuestros genes.
GIPHYCuando nuestros genes se alteran, generalmente como resultado de cosas en nuestro entorno, nuestros propios comportamientos y salud, y otros factores que la ciencia aún no comprende totalmente, cambia el curso de la evolución humana en grandes formas. Este tipo de investigación podría ayudarnos a comprender cómo la crianza de los hijos ha cambiado a lo largo de la historia humana, pero también generacionalmente. Si bien las expectativas sociales y la investigación del día tienden a ejercer su influencia sobre cómo criamos a nuestros hijos, también es probable que seamos conscientes de las decisiones de crianza que hicieron nuestros padres. Algunos de ellos los podemos repetir, pero otros no. Entonces, cómo la crianza de los hijos evoluciona de una generación a la siguiente se basa en cómo nos relacionamos no solo con nuestras experiencias, sino también con nuestra genética, y si nuestros neuropéptidos cambian en respuesta a las decisiones que tomamos.
Sin embargo, se necesita más investigación como esta para comprender la interacción entre la genética, el comportamiento y el poder cerebral en los humanos, ya que generalmente tenemos responsabilidades parentales más complejas que los escarabajos.