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Ser una madre trabajadora es, con mucho, la cosa más difícil que he hecho. No solo tengo que hacer malabarismos con las múltiples y constantes bolas de la maternidad, sino que también soy el gerente de proyectos, el planificador, el administrador, el chef, el ama de llaves, el diseñador de interiores, el lavavajillas, la lavandera, el comprador de comestibles, el creador de listas y nuestro hogar. alarma … para no decir nada del trabajo que me pagan por hacer. Para empeorar las cosas, hay muchas cosas que mi esposo simplemente no comprende acerca de mi vida como madre trabajadora, a saber, que en mi opinión, siempre será más difícil que ser un padre trabajador.
He escuchado quejas similares cuando hablo con otras madres trabajadoras sobre sus propias situaciones, tanto en casa como fuera de ella. Cada vez más madres eligen ingresar a la fuerza laboral, lo cual es asombroso, pero aún se espera que seamos los padres por defecto y los economistas principales del hogar. No es que no le digamos a nuestros esposos cómo nos sentimos, porque creo que la mayoría de nosotros entendemos cuán valiosa es la comunicación en cualquier relación y somos más que capaces de manejar discusiones tensas como los adultos. No es fácil lograr que nuestros esposos lo entiendan. Quiero decir, ¿cómo le explicas a alguien lo estresante que es tener que ser siempre el que se toma el día libre cuando un niño está enfermo? O qué tan lleno se vuelve tu cerebro cuando tienes que mantener a todos sanos, alimentados, vestidos y lograr que todo funcione correctamente. O cuán avergonzado se siente cuando algo inevitablemente se cae por las grietas, o su jefe se queja de que su hijo se enferma nuevamente.
La verdad es que si mi esposo enviara a sus hijos a la escuela con ropa que no combinara, o se perdiera una cita con el médico por accidente, o tuviera que faltar al trabajo para quedarse en casa con un niño enfermo, sería alabado. Nadie le preguntaría cómo está "equilibrándolo todo" y nadie asumiría que está eligiendo a la familia en lugar de su carrera, o viceversa. Está claro que las mamás que trabajan están cansadas de cargar más que nuestra parte justa de la carga, razón por la cual nos estamos abriendo a lo que nos gustaría que nuestros esposos entendieran acerca de trabajar fuera de casa cuando eres madre.