En una presentación en el Congreso Mundial de Anestesiólogos en Hong Kong esta semana, un equipo de investigadores de Singapur reveló que el dolor duradero en el parto está relacionado con la depresión posparto. Más específicamente, las mujeres que experimentaron dolor continuo después del parto no solo tenían más probabilidades de experimentar depresión posparto, sino que la probabilidad aumentaba cuanto más tiempo experimentaban ese dolor después del parto. Si bien sus resultados aún no se han publicado en una revista revisada por pares, el estudio destaca la importancia de evaluar a las madres para detectar depresión posparto en las semanas inmediatamente posteriores al nacimiento.
Según Postpartum Progress, una organización nacional sin fines de lucro que concientiza y apoya a las madres que sufren de depresión posparto, una de cada siete madres embarazadas y nuevas experimentará un estado de ánimo perinatal o trastorno de ansiedad. La Dra. Katherine Wisner, psiquiatra perinatal de la Facultad de Medicina Feinberg de la Universidad Northwestern en Chicago, señaló que el estudio era diferente de muchos otros con respecto a la depresión posparto, ya que los investigadores descubrieron que las puntuaciones de la Escala de Depresión Postnatal de Edimburgo (EPDS) estaban estrechamente relacionadas con la forma en que Durante mucho tiempo, una mujer experimentó dolor durante el parto tanto durante como después del parto. (Wisner no participó en el estudio). El EDPS fue desarrollado por los centros de salud escoceses durante la década de 1980, y es una herramienta de detección de 10 preguntas utilizada para diagnosticar a las mujeres para detectar síntomas de depresión posparto.
El estudio de Singapur incluyó datos de 200 madres primerizas sanas que recibieron una epidural durante el parto. De seis a ocho semanas después del nacimiento, los investigadores se comunicaron con las nuevas mamás por encuesta telefónica para evaluar sus niveles de ansiedad y dolor posparto, así como su riesgo potencial de depresión posparto. Cuatro semanas después de dar a luz, el 5, 8 por ciento de las mujeres en el estudio informaron síntomas de depresión posparto y dolor de parto duradero.
Si bien existen ciertas limitaciones para el estudio en sí, como el muestreo de mujeres sanas que recibieron una epidural, sus implicaciones para los proveedores de atención médica son especialmente importantes con respecto al manejo del dolor después del parto y no solo durante el parto. Por ejemplo, las mujeres que han tenido cesáreas tienen más probabilidades de experimentar dolor severo a medida que se recuperan de lo que es esencialmente una cirugía abdominal mayor. Este dolor, combinado con el estrés inherente de cuidar a un recién nacido, pone a las mujeres en mayor riesgo de desarrollar depresión posparto.
Si bien aún queda más investigación por hacer en los campos del manejo del dolor laboral y la depresión posparto, este último estudio se suma al creciente consenso médico de que la depresión posparto requiere atención, validación y tratamiento.