Un nuevo estudio que analizó qué causa que las mujeres sometidas a fertilización in vitro (FIV) sufran abortos involuntarios reveló un hallazgo interesante sobre nuestros ritmos circadianos. Nuestros ritmos circadianos ayudan a nuestro cuerpo a saber cuándo dormir, cuándo despertarse y cuándo comer. Pero dos veces al año, se interrumpen temporalmente. El estudio encontró que el horario de verano podría influir en el éxito de la FIV en mujeres que habían abortado previamente, pero los investigadores aún no pueden decir exactamente por qué.
Dos veces al año, en la mayor parte del hemisferio occidental, giramos nuestros relojes hacia adelante o hacia atrás para terminar con más o menos horas de luz. La práctica del horario de verano (DST) ha sido ordenada y derogada en los EE. UU. Durante el último siglo más o menos, pero el consenso general en estos días es que en la primavera adelantamos nuestros relojes y en el otoño "retrocedemos" para aprovechar un poco más de luz del día antes de los largos y oscuros días de invierno.
Por lo general, esto hace que la mayoría de la gente se desanime durante unos días, ya que nos ajustamos colectivamente al tiempo que no es lo que esperamos que sea. Es posible que nuestras mentes puedan comprender la idea, pero nuestros cuerpos tardan un poco más. Nuestros ritmos circadianos, que duran aproximadamente 24 horas, nos ayudan a determinar cuándo necesitamos dormir, comer, etc. Está regulado por nuestros cerebros, pero ciertamente nuestro entorno puede alterar las cosas, especialmente algo como el horario de verano.
Los investigadores en Boston se preguntaban si los ritmos circadianos tienen un impacto en la fertilidad. Observaron específicamente a un grupo de mujeres que habían sido sometidas a FIV en varias ocasiones durante todo el año. Encontraron una correlación interesante: las mujeres en el estudio que habían tenido un aborto espontáneo antes eran en realidad más propensas a abortar después del tratamiento de FIV si las transferencias de embriones ocurrieron en el primer mes más o menos después de que el DST comenzara en la primavera. Sin embargo, esto solo era cierto para las mujeres que habían sufrido un aborto espontáneo anteriormente: en el grupo de mujeres que no habían abortado previamente, la tasa de éxito de la transferencia de embriones era casi la misma independientemente de la época del año.
Los investigadores encontraron la correlación interesante, pero aún no entienden lo que significa para los pacientes con FIV. Se necesita más investigación para comprender cuál es la conexión, y si se puede hacer algo al respecto. En 2014, un estudio en la Universidad de Colorado fue noticia cuando relacionó el horario de verano con un aumento del 25 por ciento en el riesgo de ataque cardíaco. El estudio de FIV también plantea una pregunta interesante sobre cómo interactúan nuestros cuerpos con nuestro entorno y si existen o no consecuencias duraderas de perder esa hora de sueño.